El autor

Carlo Celi se la ha pasado dibujando monigotes desde que tenía 5 años, probablemente infuenciado por las primeras historietas que le regalaron como la casi desconocida Súper López, una parodia española de Superman, o las famosísimas Mafalda y Peanuts. Ante su manía de pasarse dañando cuadernos y hacer garabatos sin sentido, a los 9 años le regalan un libro del historietista mexicano Rius el cual le dio un giro a su cerebro haciéndole pensar que talvez el resto de su vida podría dedicarse a contar historias dentro de cuadritos...